
Quisiera compartir un cuento que escribí hace poco. Espero que lo entiendan. Es un desahogo, y una explicación profunda.
"Anoche ví un sueño. Era nuy diferente a los demás. Sus alas parecían quebradas. Sus ojos angustiados. Su cuerpo lastimado. No sabía la razón de porqué estaría así, pero sí despertó cierta compasión en mi.
Pero me di cuenta que no era uno sólo, sini varios que atados en cadenas esperaban su libertad o su muerte.
Muy pocos eran verdaderamente libres, y disfrutaban de haber llevado a cabo su propósito, el fin de hacer feliz a las personas.
Me salté en una nube grande, anaranjada y con un polvo extraño, quizas proveniente de las estrellas, comenzé a pensar el porqué de las desgracias de estos sueños. Y luego de un rato, comprendí todo.
Cada vez que nacía una nueva persona en la Tierra, el Ángel de los Sueños, depositaba uno de ellos en el corazón, para que, con el tiempo, este sueño sea cumplido.
Pero luego, no todo parecía tan perfecto y feliz. La Tierra se había convertido en un redondo mundo que giraba, aumentando su maldad y su odio. Y no era fácil, y más para un pequeño sueño. Es por eso que la realidad los atrapaba, los golpeaba, los esclavizaba, y muchos sin haber finalizado su propósito.
Tristes sueños, heridas en inocentes sueños. Es por eso que alguien dijo: "Mi alma yace en un fuego sin encender, mientras los sueños tenden de un débil cordél".
Ya cuando estaba a punto de volver, derramé lágrimas por cada sueño que estaba allí , ofreciendoles un poco de esperanza. Yo no podía hacer demasiado.
Pero me pregunté algo, los sueños, cuando mueren, ¿a dónde van?. Creo que sólo son sepultados junto a sus dueños, descanzando eternamente allí, en sus propias tumbas. No van a ningún lado, sólo, sólo están allí."
Jero Sandoval
(11/03/09)